Todo empezó gracias a un club centenario, nacido en 1919. Y también el de una localidad más pequeña cuando llegó al fútbol profesional: 8.500 habitantes. Le fascinó la ciudad y se enamoró de una enfermera tras sufrir una lesión: la madre del ahora jugador del Vissel Kobe. La falda era acampanada, ajustada en las caderas y con una pequeña cola. El material más utilizado fue el paño, así como la seda solo al alcance de las clases elevadas.